Se denomina jitanjáfora a un enunciado lingüístico constituido por palabras o expresiones que en su mayor parte son inventadas y carecen de significado en sí mismas. En una obra literaria, su función poética radica en sus valores fónicos, que pueden cobrar sentido en relación con el texto en su conjunto.
El término fue acuñado por Alfonso Reyes en un artículo de 1929.1 Reyes explica que tomó la palabra de un poema del poeta cubano Mariano Brull, donde éste juega con los sonidos, inventando palabras sin significado.2 Una de ellas es jitanjáfora, como se aprecia a continuación:
Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveolea jitanjáfora
liris salumba salífera.
Otro ejemplo de jitanjáfora en una poesía de Emilio Ballagas, el Poema de la Ele:
Tierno glú-glú de la ele
ele espiral de glú-glú.
En glorígolo aletear:
palma, clarín, ola, abril...
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